Piel canela, perfil griego, menudo cuerpo
brazos delgados, piel suave, manos refinadas,
de pelo oscuro y ojos color miel
labios contenedores de un manjar de dioses,
de cintura que llama a rodearla,
caderas como sólo Sudamérica moldea;
mujer néctar, mujer ambrosía
diseñada para perderse entre sus curvas,
puesta entre las gentes
para fundirse desde su amazónica piel.
Cuerpo dulce de poderes hipnóticos
el vaivén de sus pechos al andar
emboban a cuantos ojos se atrevan
a seguirlos por las calles
salpicando sabrosos azúcares sexuales,
dagas imaginarias y asesinas
que pasan el tiempo mutilando,
desgarrando inocentes corazones
que aún confían en su mirada,
en sus ojos criminales y atractivos.
Dulce cuerpo, dulces ojos, dulces labios
delicada piel provocadora,
figura conflictiva y sensual
tentadora ninfa de veintitantos
sólo regala el aire azucarado que la rodea,
para atraparte,
para enredarte,
para cazarte;
dulce cuerpo, dulces ojos, dulces labios,
dulce piel provocativa.
Amazona, independiente dama
de andar dancístico
fronterizo con la inmoralidad,
con la irracionalidad,
pasa por las calles repletas
generando expectativas
de perderse en sus senos,
de enredarse entre sus piernas,
de fundirse con su dulce piel,
de hipnotizarse con sus dulces ojos.